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El escultor:
Daniel Salorio Simonet nace en La
Coruña, en 1970. Por la rama materna ya
hay una acendrada tradición pictórica
en su familia, que se remonta al gran
ilustrador y reconocido pintor Enrique
Simonet Lombardo (1866-1927).
Sin embargo, no será su bisabuelo,
sino la visión de la obra de su abuelo,
Bernardo Simonet Castro (1914-1995),
la que marcará, a su debido tiempo, el
quehacer plástico de Daniel, porque no
se puede eludir aquí que, durante su infancia, se empapó
cotidianamente de la colección de apuntes y óleos tomados
del natural por su abuelo, durante su estancia en el Perú,
entre 1945 y 1950.
A pesar de ello, la dedicación en exclusiva al arte de Daniel
será tardía y no se asentará, en un principio, en el campo de
las artes plásticas, sino en la música, allá por 2004, cuando
funde
Livika
.
Como quiera que
Livika
es una formación musical cuyo
empeño es el conocimiento y la didáctica de la percusión
y muy especialmente de la étnica; Daniel comienza a visitar
las regiones tropicales del planeta —África y América,
principalmente—. Así entrará en contacto con la selva y,
poco a poco, quedará deslumbrado por su vigor. Entonces, se
gestará el Daniel Salorio escultor con materiales botánicos.
En efecto, de ese contacto con el trópico y de aquellas
impresiones infantiles de la pintura selvática de su abuelo surge
el artista plástico Daniel Salorio y su proyecto casi biográfico,
titulado:
Mis bichos
; en el que, con elementos vegetales
—vainas, semillas, ramas, hojas…— va componiendo nuevas
figuras antro y zoomórficas, de una impresión subyugante y
tan insólita, a la postre, como familiar con la prosa frondosa y
tupida de Miguel Ángel Asturias.
Sus obras plásticas —o sea, sus
bichos
— se han expuesto
habitualmente en Madrid desde 2009 —Galería Cucamona,